Otro 8 de marzo donde las oficinas se llenan de flores y las bandejas de mensajes con felicitaciones para “el ser más hermoso de la creación”, mientras tanto las calles continúan vacías cuando en el resto del mundo miles marchan para conmemorar la lucha de las mujeres.  A la dictadura no le molestan ni las flores ni las serenatas siempre y cuando no inunden las calles para exigir justicia, ni las voces se junten para entonar consignas de libertad. Cuando las mujeres cuestionan el poder dejan de ser el ser más hermoso de la creación para convertirse en males que hay que erradicar. Este 8 de marzo mientras suenan las serenatas, 14 mujeres sufren cárcel y tortura. 

En Centroamérica la misoginia es una política de Estado que condena a las mujeres y niñas a ser madres sin desearlo, a vivir en el silencio frente al abuso. Es el mismo sistema que premia a los violadores y feminicidas porque con sus acciones ejemplares aleccionan a quienes quieren subvertir el orden establecido. Pero a pesar de los intentos, la rebeldía sigue presente y más viva que nunca. Es por eso que en el NO.3 de la Revista (Des)Cartable recordamos la historia y las victorias de las mujeres que lucharon aún con todo en contra, aún en situaciones más difíciles.