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Todos los días aparecen nuevas imágenes de la violencia que viven las personas migrantes que intentan atravesar la frontera de México. Para comprender el contexto hablamos con Guillermo Yrizar, responsable de Asuntos Migratorios del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, de la Universidad Ibero Puebla.
En esta entrevista nos cuenta sobre la violencia institucional que ejerce el Estado de México en contra de miles de migrantes centroamericanos y extracontinentales, mientras por otro lado el presidente Andrés Manuel López Obrador y el canciller Marcelo Ebrad se jactan de que México es un país solidario y hospitalario, que recibe a migrantes y refugiados con las puertas abiertas.
Ilustración por Atahualpa Quintero para Revista (Des) Cartable
Hay que pensar la situación de la frontera sur de México, como una situación muy preocupante en el sentido en que ahí es donde se materializa y se ha cristalizado más fuerte la política de contención del gobierno mexicano hacia la migración centroamericana, principalmente la migración forzada por diferentes causas.
Esta situación de la frontera sur también se reproduce en las rutas hacia la frontera norte, es decir, en la frontera México entre y Estados Unidos, me parece que la militarización de la contención de la migración en México es un problema que no habíamos visto antes, López Obrador decidió apoyar al gobierno de Estados Unidos en la contención de los flujos migratorios como una presión económica que venía de la administración Trump, pero que ha permanecido con la administración Biden, entonces es muy preocupante porque esta situación indeseable en la frontera tiene que ver con una incongruencia por parte del gobierno y de la sociedad mexicana en el sentido de ser solidarios y humanitarios con las personas migrantes que llegan a nuestro país.
Yo diría que uno de los riesgos sociales más importantes a los que se enfrentan las personas migrantes que transitan por nuestro país sin la documentación migratoria necesaria es a ser secuestradas, a ser asaltadas, a sufrir abusos por parte del crimen organizado de los carteles. Es muy preocupante la situación de autoridades corruptas asociadas a la contención migratoria, que esto puede ir desde agentes migratorios del gobierno federal mexicano hasta Guardia Nacional que básicamente es un cuerpo militarizado que se creó recientemente y llevó a cabo labores de migración, pero también a nivel municipal y local, policías estatales, policías locales que pueden estar asociados a organizaciones criminales y en esos niveles, sobre todo en el nivel federal, sabemos que hay extorsiones, que a veces se les pide a los migrantes que paguen entre 500 y 1000 dólares, para que puedan seguir su camino porque tenemos un sistema de asilo y refugio colapsado, tenemos instituciones que no están respondiendo a la realidad.
Creo que algo muy importante que estamos viendo ahora a diferencia de otros años es que cada vez llegan unidades familiares o personas que viajan en familias nucleares o familias de otro tipo, familias extendidas y demás personas a las que es necesario ofrecerles oportunidades, oportunidades de que no sean víctimas de abuso por parte de privados y autoridades, oportunidades de salud, de qué saben hacer o qué pueden hacer y de hospitalidad, creo que esa es una parte que en México todavía no hemos podido descifrar.
Entonces, más allá de los riesgos evidentemente asociados a la dificultad de las rutas, caminar por muchas horas, subirse al tren, arriesgarse a tener un accidente en algunos de estos medios clandestinos o no clandestinos, las detenciones prolongadas… me parece que mucho pasa porque como gobierno y como sociedad no hemos podido cambiar el chip de que la migración no es necesariamente un problema, la migración es una constante en la historia de la humanidad y en el caso de las migraciones forzadas de Centroamérica, no ofrecemos alternativas humanitarias, solidarias y coherentes con México como país de emigrantes.
Cuando hablamos de personas que huyen de desastres naturales, de inestabilidad política y social, de necesidades económicas y de violaciones a derechos humanos y que resulta que ese tipo de migrantes son muy distintos a lo que vemos en la televisión o a lo que vemos nosotros en nuestro país, sobre todo cuando son migrantes que han vivido pobreza, que han vivido en marginación, que están buscando oportunidades para vivir, ahí es cuando no queremos que ellos pasen y ahí es cuando decimos “No, es que tienen que pedir papeles, tienen que formarse, tienen que hacerlo bien”, pero resulta que los gobiernos en los últimos 20 años o más, tampoco han creado canales u oportunidades para que exista ni una ventanilla ni una fila para hacerlo bien.
Entonces yo creo que la visibilidad y polarización mediática tiene que ver con mucha desinformación a partir de lo que es la migración, muchos miedos y estereotipos mal fundados acerca de quiénes son los migrantes internacionales, sobre todo migrantes internacionales con alta vulnerabilidad o movilidad forzada, espero explicarme con esto.
Es una violencia institucional hacia migrantes centroamericanos, pero también hacia migrantes caribeños, principalmente de Haití y de Cuba, también contra migrantes de África y yo me atrevería a decir que, en un caso mucho menos documentado, contra cualquier migrante extracontinental pobre o que ha vivido en pobreza.
Esto tiene que ver con un discurso falso y engañoso de nuestro presidente, yo creo que nuestro presidente está muy mal informado o nos quiere engañar, diciendo que en México se respetan los derechos de los migrantes cuando no es verdad, no es verdad porque te puedo decir que en el monitoreo que hacemos desde la IBero Puebla, desde el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría -donde yo trabajo- hemos visto situaciones muy graves de violaciones de derechos humanos desde el momento de la detención, con fallas en el debido proceso, pero también con el maltrato, trato inhumano, cruel, hacia familias, varones y personas muy jóvenes; niños, niñas y adolescentes.
Al mismo tiempo el presidente, que repito no sé si nos quiere engañar o él no está muy informado de lo que está pasando, porque eso no me consta, no lo sé, pero al mismo tiempo tenemos un canciller que acepta a personas de Afganistán para levantarse el cuello y decir que en México sí somos un país solidario, hospitalario, cuando la figura que entran estas personas de Afganistán es la figura del asilo, del asilo político diplomático.
En el caso mexicano el asilo político diplomático es facultad de la Cancillería de Relaciones Exteriores, y entonces por ejemplo Evo Morales y estas personas de Afganistán que recientemente llegaron pueden hacerlo y podemos hacer un show al respecto y decir que son 500 o 100, y que está muy bien todo, pero resulta que para solicitar refugio o protección complementaria en México ese es un proceso que se hace vía Secretaría de Gobernación, no la Cancillería.
La Secretaría de Gobernación es la responsable -de alguna manera lo estoy simplificando- pero el Instituto Nacional de Inmigración y la Comisión de Ayuda al Refugiado dependen de gobernación y entonces resulta que la apuesta de gobernación es por la seguridad nacional y por darle al Instituto Nacional de Migración muchísimos recursos para armar y detener personas, aportar por la contención y no a la COMAR, que la COMAR es quien debería de tener presencia en la frontera sur, en la frontera norte y en todo el país para tratar de ofrecer protección y oportunidades para quienes la solicitan como solicitantes de asilo y refugio.
Y al mismo tiempo migración no apuesta y el gobierno mexicano y aquí. Aquí es algo de lo que también hablamos un poco en México, aquí también hay una responsabilidad del poder legislativo, porque hablamos y criticamos mucho de por qué no se ha regularizado a 6 millones de mexicanos, son 11 millones de indocumentados en general, pero son 6 de México, ¿por qué no se han regularizado en Estados Unidos? Porque pasa por el Congreso, bueno pues en México también, una ley o los cambios legislativos en México no se han implementado a pesar de que la policía migratoria es una facultad del Legislativo, entonces es muy simplista a veces nada más apuntar a un discurso falso o a un presidencialismo muy instalado que tenemos en México, que sí tiene que ver con una presión política de Estados Unidos, pero repito, es una falta de visión, es una falta de visión y de congruencia que tenemos como país.
Eso sintetiza un poco el gran problema que estamos viendo en el uso de la fuerza, en la discrecionalidad afectando principalmente a migrantes que vienen de lo que dije antes, de países que nuestros gobernantes y nuestros liderazgos políticos y una buena parte de la opinión pública no considera que deban venir, entonces es un reto, ese es un reto, porque para quienes estamos en los medios como ustedes, en la academia, como de este lado, sociedad civil y hay muchas otras muestras de solidaridad en México, yo creo que eso a veces no se ve tanto, pero hay una gran muestra de solidaridad que no pasa por los militares y los agentes migratorios, ese es un reto como país que tenemos que solventar y seguir dialogando, entonces en ese sentido pues muchas gracias por esta oportunidad de compartir estas ideas y de seguir con el debate en términos propositivos yo diría.
