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> Ilustración por nasma para Revista (Des) Cartable
Por Naví Rodríguez
Vivió tantas historias de amor, que dejaban tatuajes en diferentes partes de su cuerpo. Parecía un mapa de tesoros perdidos y ciertamente lo era. Los tatuajes se unían unos con otros, igual que las raíces enredadas. En su tumba hay un epitafio: “Aquí yace una mujer que tatuó sus amores para llevarlos como uno solo, sin tener que recordarlos uno a uno”.
¿Serán 3000 años de tiempo en historia o historia en el tiempo? ¿Hicimos el tiempo o el tiempo nos hizo? ¿Será la bala o un veneno? ¿Será Dios o Satanás? ¿Hay diferencia? Toman las mismas decisiones, morir o no morir, vivir o no vivir, sigue siendo lo mismo. Piensa Tomas, que antes soñaba y era un lujo, ahora reflexiona y es una pesadilla, en unos segundos se abre la cámara de gas en el campo de concentración.
Le hicieron tantas podas neuronales que el cerebro le quedó como un bonsái japonés, solía imaginarse que montaba en sus elegantes hormigas para ir a combatir las máquinas tragamonedas que invaden el planeta. Mientras su dulcinea, un feliz piojo dormía en una hamaca, en ocasiones cantaba ópera en el centro de un exuberante bosque plateado que habitaba en la barba de un banquero.
